El manifiesto, que ha sido suscrito por más de 100 mujeres de muy diversa procedencia, se ha presentado esta mañana en el Centro del Carmen Cultura Contemporánea de València. Aboga por rebajar el nivel de beligerancia que actualmente está impregnando los debates feministas y su objetivo es provocar una reflexión colectiva de lo que está pasando para transformar la forma de abordar los conflictos.
“Firmar el acuerdo significa asumir un compromiso personal y público de promover otro modelo de discusión en los espacios en los que cada una está”, ha asegurado Ester Calderón, una de sus portavoces. Inicialmente son más de un centenar de mujeres, representativas del feminismo en diversos puntos de la geografía valenciana y que provienen del mundo de la educación, la ciencia, la cultura, el periodismo o del activismo social, las que se han adherido. “Nuestra idea es la de promover otro escenario de diálogo y de encuentro, protegido de las agresividades y las descalificaciones”, manifiesta Calderón. A partir de ahora queremos sumar a más gente a esa dinámica y extenderla también a las redes sociales, utilizando las etiquetas #AcuerdoSororidad #AcordSororitat.
Irene Ballester ha explicado que el feminismo ha pasado de ser una ideología minoritaria a un movimiento de masas, “lo que supone un gran éxito para las mujeres y para la sociedad, porque hemos conseguido poner la igualdad en el centro de la agenda social y política. Pero quienes han visto amenazados sus intereses por la potencia que ha supuesto esta cuarta ola, han diseñado estrategias para desactivarlo. Además, ese crecimiento exponencial y la incorporación de nuevas visiones entraña sus riesgos y tenemos que saber gestionarlas”. Es imprescindible para las firmantes del acuerdo recuperar un discurso feminista constructivo, que se fortalece tejiendo alianzas.
“No se busca la uniformidad, de hecho no todas pensamos igual sobre los temas que ahora mismo son candentes en el movimiento feminista. Tampoco el posicionamiento obligatorio, porque muchas mujeres están todavía en búsqueda”, ha subrayado Ángela Nzambi Bakale. Por eso, lo importante en esta primera fase de la propuesta no está en los contenidos, sino en la forma, en el estilo en el que se decide abordar cualquiera de las discusiones. Más adelante nos planteamos poder habilitar espacios de reflexión conjunta con objeto de forjar consensos y de gestionar las diferencias.